Para ello vamos a necesitar un bote de plástico, mejor si tiene una asa. Los más adecuados son los de detergentes y suavizantes por su tamaño y por el asa. También vamos a necesitar una aguja o cualquier otro objeto punzante que no se estropee si lo calentamos. Y por último una vela, mechero o cerillas.
El procedimiento es muy muy sencillo. Primero lavaremos bien nuestra botella, es muy importante que quede bien limpia, pues no queremos regar nuestras plantas con jabón.
Luego agujereamos el tapón de la botella con la aguja. Será mucho más rápido y sencillo si calentamos la aguja con fuego, cuidado de no quemarnos. Hacemos una buena cantidad de agujeros para que salga el agua por ellos.
Por último llenamos la botella de agua y tapamos. Ya tenemos lista nuestra regadera reciclada.
Si lo preferimos podemos pintar y decorar con pinturas resistentes al agua. Nuestra regadera quedará totalmente personalizada.
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